sábado, 11 de mayo de 2013

Victorino, Tomas, Grana y Chircoff


La formación de la Junta Grande
Cuando llegaron a Buenos Aires los representantes del interior, Moreno y sus seguidores no los quisieron aceptar dentro de la Primera Junta, diciendo que se formaría un Poder Ejecutivo demasiado numeroso y que eso obstaculizará la acción del gobierno. Moreno adoptó esta postura probablemente porque temía por la dirección de la revolución: el interior en general era más moderado o conservador, e iba a perder el poder de decisión dentro de la Junta. Saavedra y otros integrantes de la Junta, votaron por la incorporación de los diputados del interior, y con ese ingreso se formó la Junta Grande.
La Junta Grande colaboró con los orientales, liderados por José Artigas, dieron su proclama revolucionaria adhiriéndose a la Junta de Buenos Aires.
Los que decían seguidores de Moreno formaron en Buenos Aires la Sociedad Patriótica, y presionaban al gobierno para tomar determinadas medidas. El pueblo no aceptó esto, e hizo un movimiento popular por medio del cual solicitaron que se concentrara el mando político y militar de la Junta en manos de Saavedra, separara de la Junta a los calificados como morenistas y se disolviera la Sociedad Patriótica. Estas medidas se tomaron pero los morenistas se encontraron cada vez más disconformes, y aprovecharon la primera ocasión para hacer un golpe contra el gobierno.


Monumento Artigas.


El Directorio
Gervasio Posadas, primer Director Supremo, fue designado en ese cargo por ser tío de Carlos María de Alvear (quien era presidente de la Asamblea del año XIII y fundador de la Logia Lautaro con San Martín, de quien luego se había distanciado políticamente). Posadas debía durar dos años en sus funciones, pero como su actuación fue impopular, debió renunciar, y asumió el cargo su sobrino Carlos María de Alvear. Ambos enviaron misiones diplomáticas a Europa, porque las situaciones de las revoluciones americanas eran pésimas, excepto en el Río de la Plata, y preferían hacer tratativas para evitar una cruel represión realista en nuestro país.





Monumento: Carlos María de Alvear.

Carlos María de Alvear, sobrino de Posadas, no tiene buena imagen en la historiografía argentina. Signado por un marcado autoritarismo, su estilo intrigante y su enfrentamiento con San Martín han dejado una imagen negativa de él, que posiblemente sea por demás exagerada. Bartolomé Mitre fue uno de los que iniciaron esta tradición.
En uno de sus escritos, Mitre señaló que “San Martín y Alvear, auxiliados por la habilidad de Monteagudo, fueron por mucho tiempo los árbitros de la Logia; pero esta buena inteligencia no podía ser de larga duración.
Los amigos se convirtieron muy luego en dos irreconciliables enemigos. Diversas causas produjeron este rompimiento. La petulancia juvenil de Alvear no podía sobrellevar con paciencia el ademán imperioso, la palabra incisiva y la voluntad de hierro de San Martín, convencido de su superioridad militar y que apenas notaba los pueriles celos de su competidor”.

Dorrego gobernador
Dorrego Asumió la gobernación en agosto de 1827. Era federal, y su postura había sido siempre la defensa del pueblo, por lo que era adorado por la “chusma”. Pese a no haber tenido en 1820 buena relación con los caudillos, cambio la opinión de las provincias en el Congreso de 1824. Ahora estaba propuesto a sancionar una Constitución federal para lo cual urgía a las provincias a formar una Convención en Santa Fe, que debía comenzar a funcionar en noviembre de 1827.
Dorrego quería continuar la guerra contra el Brasil pero no tenía fondos, y el Banco creado por Rivadavia, pese a ser “Nacional”, estaba controlado por los intereses británicos, de modo que no tenía a quien pedir dinero para la continuación de la guerra. Por ello debió firmar un Acuerdo preliminar de Paz con el Brasil, que aceptaba la independencia de la Banda Oriental. Los generales que habían llevado la guerra adelante fueron influidos por los unitarios y la gente de dinero de Buenos Aires, que los convencieron de que Dorrego era un traidor a la Patria.
En 1828 la Banda Oriental proclama su independencia bajo el nombre de República Oriental del Uruguay. El ejercito argentino volvió a nuestra tierra, y con el la conspiración unitaria.






Monumento Dorrego.

Presidencia de Rivadavia
Rivadavia había vuelto de sus gestiones mineras en Europa y había logrado influir en el Congreso para la votación de la Ley de Presidencia. Así fue elegido Bernardino Rivadavia como Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su obra de gobierno consistió en distintas nacionalizaciones, como el Correo, el impuesto al papel sellado, las aduanas interiores, las tierras del Estado a las que también organiza en Enfiteusis. Pero lo más controvertido para los porteños, y lo que le resto el apoyo de quienes lo habían encumbrado, fue la federalización de Buenos Aires. De un plumazo declaraba Capital Federal no solo a la ciudad de Buenos Aires también a un amplísimo sector que la rodeaba y estaba constituido por las más ricas propiedades. Prácticamente desaparecía la provincia de Buenos Aires, porque gran parte del territorio estaba bajo el control indígena. No respetó a la Ley Fundamental, porque dejo al gobernador de Buenos Aires sin jurisdicción, por lo que este dimitió.
Tampoco respetó los derechos de las provincias en la medida en que negoció la formación de empresas mineras durante su estadía en Inglaterra. Manejó los
contratos mineros sin tener en cuenta al gobernador de La Rioja, Facundo Quiroga, por lo que este acuso a Rivadavia de intromisión y de invadir a su provincia con “luteranos”. Los técnicos ingleses que habían ido no eran católicos, y Quiroga logró el apoyo del pueblo exacerbando su pensamiento conservador y xenofóbico: les advirtió que se veían así amenzadas su religión y sus tradiciones hispánicas. De ahí su consigna “Religión o Muerte”, terriblemente intolerante, que para algunos significó en ese momento la defensa de su territorio frente a las injerencias extranjeras.









Monumento Rivadavia

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